Entree los años 2000 y 2016, el gigante asiático invirtió más de 100,000 millones de euros —cerca de 121,000 millones de dólares— en Europa en forma de inversión extranjera directa, según datos del Instituto Mercator para Estudios de China (Merics, por sus siglas en inglés).
La investigación llevada a cabo por Merics, una organización fundada en 2013 y con sede en Berlín, reveló que los países europeos más atractivos para los inversores chinos fueron Reino Unido, Alemania, Italia, Francia, Finlandia y Portugal.
Según Merics, los sectores que han experimentado las más rápidas tasas de crecimiento de inversiones han sido los servicios públicos, el transporte y la infraestructura, la maquinaria y el equipo industrial, la energía, las empresas, los bienes de consumo y los servicios. El incremento de la entrada de capitales en estos sectores en 2016 fue del 15% en comparación con el período 2013-2015.
De acuerdo con el estudio, en 2016, la inversión extranjera directa (FDI, por sus siglas en inglés) del gigante asiático en el mundo alcanzó los 220,000 millones de dólares, un 9,5% del segmento del mercado mundial.
Según los analistas de Merics, la expansión de capital chino preocupa no solo a sus socios foráneos, sino también a las propias autoridades del país asiático. Esto podría explicar las medidas restrictivas radicales y apresuradas adoptadas por el Gobierno chino en esta área en los últimos meses.
En 2016, un 59% de la FDI de China en Europa se centró en los tres líderes regionales: Francia, Alemania y Reino Unido. El segundo puesto fue ocupado por los países nórdicos, los cuales recibieron alrededor del 27% de la FDI del gigante asiático. Las naciones del sur de Europa quedaron en tercer lugar, con cerca del 10% de dichas inversiones.
Mijaíl Beliaev, analista del Instituto Ruso de Mercado de Valores y Gestión, explicó que la tendencia es totalmente comprensible.
En lo que se refiere a las naciones del norte de Europa, el experto consideró que, pese a que esos países no tienen un impacto económico tan fuerte, son interesantes para Pekín en términos geopolíticos. Además, esos territorios tienen una situación económica estable, un buen clima de inversión y un peso político significativo.
Beliaev consideró que los países del sur de Europa son un caso especial, ya que las inversiones allá son más arriesgadas. Sin embargo, destacó que donde hay más riesgos, hay también más oportunidades de grandes ganancias.
Además de las grandes inversiones en infraestructura, los chinos llevan a cabo negocios con el objetivo de construir una imagen fuerte, por ejemplo, con la compra parcial o integral de conocidas marcas europeas.
De esa manera, Pekín se ha convertido en el principal inversionista de Europa. En 2016, el continente europeo superó por primera vez a Estados Unidos en la lista de compras de activos por parte de las empresas chinas en el mercado de fusiones y adquisiciones.
Dmitri Tratas, analista del mercado de valores, explicó en una entrevista con Sputnik el fenómeno observado en las relaciones económicas chinas.
“Creo que en Europa las condiciones para atraer capital son más liberales que en Estados Unidos: de ahí el impresionante avance de China hacia Europa. Es probable que los líderes de la UE simplemente no miren este proceso tan estrictamente como lo hacen en EEUU”, consideró Tratas.
El analista aseguró que es importante tener en cuenta que la UE sí ejerce presión sobre China, pero más bien en términos de admisión de los productos fabricados en el país asiático al mercado del viejo continente. Por otra parte, lo hacen en menor medida en el apartado de fusiones y adquisiciones.
Según Zhang Ning, experto del Centro de Economía y Finanzas de la Academia de Ciencias Sociales de China, la devaluación del yuan ha sido uno de los principales responsables de llevar a los inversionistas chinos a intensificar la compra de activos en el exterior.
Zhang destacó que, entre los años 2015 y 2016, los volúmenes y las tasas de crecimiento de la inversión extranjera de China crecieron rápidamente no solo en Europa, sino también en los Estados Unidos.
Además, a medida que se intensificó la práctica de “reducir la capacidad de producción, reducir los inventarios y acortar el apalancamiento”, el espacio lucrativo de un gran número de industrias tradicionales se redujo de manera extrema. En estas circunstancias, muchas compañías eligieron volver a la inversión en el extranjero.
En 2016, la actividad de las empresas chinas en Alemania rompió todos los récords. Según la consultora Ernst & Young, el capital chino adquirió 68 compañías alemanas, o sea, 29 más que en 2015.
El negocio más importante, desde el punto de vista de los intereses nacionales de Alemania, fue la adquisición del fabricante de robots industriales Kuka por 4.7 millones de dólares. Este ha sido el mayor acuerdo de China en tierras germanas.
En el año 2016, Alemania lideró por primera vez la lista de los mercados de fusiones y adquisiciones más atractivos para China en términos de número de empresas compradas. En segundo lugar se posicionó el Reino Unido, con 47 adquisiciones. En el tercer y cuarto lugares, Francia e Italia, con 34 compañías cada uno. Por comparación, hace 10 años, en 2007, los inversores chinos ‘se adueñaron’ en toda Europa de solamente 51 empresas.
Sin embargo, en términos de volumen de inversiones chinas, Suiza superó a Alemania y se aupó al primer lugar. Eso se debe al acuerdo para la adquisición de la compañía suiza Syngenta por parte de ChemChina por un monto de 45,800 millones de dólares. Alemania quedó segunda, con un total de 12,600 millones de dólares, y Reino Unido en tercera plaza, con 9,600 millones de dólares.