Los roces entre las monarquías árabes y el emirato de Catar tienen un largo historial. Las relaciones con el extremismo islámico, la influencia de Al Jazeera y el acercamiento con Irán, están entre las principales razones del último cisma diplomático.
Si bien no es la primera vez que tiene lugar una ruptura diplomática entre Catar y sus vecinos (algo similar sucedió en 2014), esta vez el conflicto parece haber llegado más lejos que nunca. Tanto en el 2014 como ahora, el principal motivo de la disputa ha sido el apoyo financiero de Catar a grupos islámicos —especialmente los Hermanos Musulmanes—, considerados terroristas por los países del golfo. Pero no es la única razón.
La escritora y politóloga iraní Nazanín Armanian realiza un recuento en Público de las principales razones por las que esto pudo haber pasado.
1. El primer ‘pecado’ del emirato consiste en no alinearse a la alianza antiraní que se ha venido formando entre Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel, sobre todo después de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Catar ha defendido la distensión en el golfo Pérsico y ha intentado mantener unas relaciones cordiales con Teherán. Llegó incluso apoyar el acuerdo nuclear entre Irán y el grupo 5+1, que alivió el bloqueo al país persa y supuso su reincorporación a los mercados globales, recuerda Armanian.
2. Catar se ha negado a incorporarse en la alianza sunní —rama mayoritaria del islam— contra los gobiernos chiíes, principalmente Irán y Siria.
3. Catar ha financiado a los Hermanos Musulmanes, un grupo que promueve una doctrina islámica de carácter extremista, alternativa al wahabismo adoptada por los saudíes.
4. A través de Al Jazeera —la mayor cadena de noticias del mundo árabe— el emirato se ha permitido criticar a los monarcas y presidentes de la región, salvo al propio emir de Catar.
5. Doha ha venido estrechando fuertes lazos con Ankara, hasta incluso negociar la presencia de una base militar turca en el emirato árabe. La cúpula política del país otomano también ha mostrado su cercanía con las ideas de los Hermanos Musulmanes y, lo que podría ser más importante, siente hoy un profundo resentimiento contra Estados Unidos por armar y adiestrar a los kurdos en Siria.
6. La iniciativa del mandatario estadounidense, Donald Trump, de incluir a los Hermanos Musulmanes en la lista de organizaciones terroristas crea una nueva alineación en la región: fortalece la alianza entre Riad y El Cairo, mientras que debilita a Doha y Ankara.
7. Si bien Catar es una monarquía, el sistema político del emirato es considerado una de los más liberales de la región, sobre todo en comparación con el absolutismo saudí, aclara Armanian. En Catar se celebran elecciones municipales donde incluso las mujeres pueden votar y su Constitución establece (al menos en teoría) libertad de expresión y de asociación. Además, aunque la mayoría de la población sea musulmana, existe cierto nivel de tolerancia religiosa y nadie es perseguido por practicar su religión, siempre que sea discreta.
8. En la escena internacional, Doha ha optado por no alinearse y jugar con todos los actores por igual, siguiendo su propio interés.
9. El emirato acoge la base aérea estadounidense de Al Udeid, ubicada a tan solo 32 kilómetros al suroeste de la capital. Esta base es la sede del Comando Central de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos (AFCENT) y del Grupo Expedicionario 83 de la Fuerza Aérea de Reino Unido, que cubren y supervisan las operaciones de ambos países en todo Oriente Próximo. Sin embargo, Catar ha mostrado su reticencia a la hora de ofrecer su territorio para operaciones contra Teherán.
10. Catar fue la única monarquía de la región que condenó la ley de inmigración promovida por Donald Trump, con lo que sumó rencores del presidente estadounidense.
11. Estados Unidos estaría intentando profundizar aún más la brecha entre los regímenes árabes en una región que hasta ahora había permanecida a salvo del caos a su alrededor. De esta manera, estaría al mismo tiempo beneficiando a Israel y creando potenciales focos de tensión en la frontera con Irán.
12. Washington intenta impedir que Doha y Moscú —principales jugadores en el mercado mundial del gas natural— estrechen sus relaciones. A pesar de las tensiones entre estos dos países respecto al terrorismo, ambos países intentan encontrar una salida a los desacuerdos acumulados mediante el diálogo, sobre todo ahora que el plan de derrocar a Basar Asad en Siria ha fracasado.
13. EUA intenta, sobre todo, reconfigurar el mapa de Oriente Próximo. Evidentemente implementando la ya probada estrategia de ‘divide y vencerás’, afirma la columnista.
La tensión ha llegado a niveles de difícil retorno, concluye Nazanín Armanian. “Le ha tocado a Catar ser la próxima víctima de la farsa de la ‘guerra contra el terrorismo’ de los principales patrocinadores mundiales del terrorismo”.