Te vas, no para siempre

Por: Oskar Landín Oz

“La muerte está tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja” Anónimo

Llegas a casa, después de un ajetreado día, cuando por alguna u otra razón decides desconectarte de las redes sociales y vivir un poco libre de esas ataduras a las que estamos adheridos, apagas el carro, te quitas los zapatos, buscas ponerte cómodo en algún punto de tu morada, ahora sí, te dispones a revisar tus WhatsApp, tu Facebook, etc… tratando de ver “lo que te has perdido” en este tiempo que decidiste desconectarte y lo primero que ves, una triste noticia, una hecho lamentable, al que nadie estamos exentos de ello, te avisan por un chat que un amigo, con el que creciste un poco en tu juventud, dejó el plano terrenal, cerró sus ojos a la luz de la vida, para engrandecer las filas del creador, donde nos espera (a su tiempo) a cada uno de nosotros, porque así como para el feto es un misterio la vida, así para nosotros es un misterio la muerte, por ende nos da miedo caer en ella, pues no sabemos a los que nos enfrentamos detrás de ese enigma.

Se fue un amigo, se fue su presencia física, su voz, sus gestos, sus ilusiones, solo queda de él, su esencia, los recuerdos que dejó el pasado, esos recuerdos como si fueran huellas en el mar, que después serán borradas por el vaivén de las olas, el dolor no se puede mitigar con facilidad, la herida se abre y los paisajes ya no son tan verdes como antes, la primavera se ha vuelto fría y oscura dentro de uno mismo y el tiempo será el mejor aliado, el gran doctor que curará con su pasar la tristeza que embarga la vida de tu familia, tus amigos y aquellos que tuvieron la dicha y el honor de conocerte.

Soy de las personas que cuando asiste a una funeraria, no me acerco al féretro para despedir como muchos lo hacen, ¿por qué? Es simple, prefiero recordar los momentos vividos, que llevar en mi pensamiento como último recuerdo tuyo, tu rostro con los ojos cerrados, postrado en un cajón, observando tu descanso eterno.

Amigo mío, no conocemos lo que hay detrás de la Muerte, solo sabemos que es una vieja señora que llega en el momento menos esperado, dejando a su paso tristezas y lágrimas, que no muestra el más mínimo remordimiento para realizar su trabajo, cumpliendo con su misión, en donde nadie de nosotros sabe en qué momento tocará a nuestra puerta y nos llevará a su lado, tal vez para siempre; Amigo, plasmaste un excelente legado, dejas un cúmulo de enseñanzas a todos los que vienen detrás de ti y a los que te rodean, el cariño que se tiene por ti, quedará intacto en los corazones de aquellos que tuvimos el honor de conocerte, nosotros caemos en el egoísmo al llorar por tu partida, pues sabemos que ya no te veremos de nuevo físicamente, nos dolerá tu ausencia, pero nos tranquiliza el saber que estás descansando, lejos de este mundo que día con día se cae a pedazos, solo resta decirte una cosa, que estamos seguros leerás a través de nuestros ojos, GRACIAS, por tu tiempo, por tu cariño, por tu amistad, por ese tiempo que pasamos juntos, estoy seguro que harás las mejores anotaciones en el equipo del creador, pues para eso te llamó a su lado, ocupa grandes jugadores y tú, no eres la excepción.

(A la memoria de Ricardo Rosales Vázquez)

2 comentarios en «Te vas, no para siempre»

  1. Muchas gracias por esas lindas palabras a mi gran hermano se q el esta un lugar muy especial en el cielo y en los corazones de quienes lo querían les agradezco de corazón

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